Todo el mundo lo sabe!…

…Pero aún así, a veces, unos segundos de olvido, uno piensa hacer bien y se vuelve un error fatal.

Pero empezamos con el inicio (esta frase me recuerda siempre de un libro de los Señordones -lectura que recomiendo a todos mis lectores entre 3 y 5 años. Verán que 30 años después, todavía se acordarán de estos libros).

Algo padre cuando uno tiene una nueva casa, es de escoger los muebles, electrodomésticos, etc… Entre otros compramos una nueva estufa. Pregunté al vendedor si tenía estufas eléctricas, pero obviamente no es la moda en México. Ni siquiera intenté hablar de placas a inducción… Snif!

Entonces tenemos una estufa de gas, como todo el mundo. No tengo nada contra los quemadores de gas, calientan muy bien. Donde está muy diferente es con el horno. Batallo para encontrar los parámetros adecuados, es muy diferente del horno eléctrico que teníamos en Francia. Además no ha llegado aún nuestra mudanza así que la cantidad de platos disponibles es muy reducida. En fin, todos los ingredientes están reunidos para una buena tontería!

Todo empezaba bien: habíamos encontrado por primera vez masa de hojalde (3kg! Pero bueno, mejor que nada…) y podría preparar un platillo clásico de la familia: el pastel tomate-manzana!

Empiecen por cortar un pedazo en su monstruo de masa de 3kg, aplastenlo y ponganlo sobre el molde, sin rollo (ver comentario más arriba sobre la mudanza). Rellenen el pastel y cierren con otra rueda de masa. Como no tienen platos grandes disponible, tomen la placa para pizza. OK, tiene hoyos, pero si está bien para la pizza, porque no lo sería para un pastel? Siento que algunos ya adivinan lo que sigue. Esperen: hay más todavía!

Como ya lo adivinaron, después de un rato se escucharon unos “pfffttt” regularmente: la mayoría de los ingredientes tienen mucha agua y este agua tiene que salir de alguna manera. El pastel no detiene este jugo y como la placa tiene hoyos, el jugo se cae al fondo del horno donde se quema instantáneamente.

Allí sigue la segunda buena idea de la tarde: para evitar que se queme el jugo, vamos a colocar 2 platos de vidrio abajo de la placa. Y sí: el jugo ahora se cae en los platos de vidrio y ya no se quema al fondo del horno. Pero después de un rato me pregunto si realmente fue una buena idea de haber puesto estos platos vacíos directamente en el horno…

Y allí interviene la tercera y vencedora idea inteligente de la tarde: como uno de los platos estaba vacío (el jugo se evaporaba inmediatamente), pensé en mi cabecilla cansada: “Sería seguramente mejor poner un poco de agua al fondo de este plato…”

Quien quiere pedazitos de vidrio hirviendo?…
Suerte todavía que el pastel estaba arriba del plato y no recibió pedazos de vidrio. Después de buena 1/2 hora de limpieza, pudimos seguir con la cocción y saborear nuestro primer pastel tomate-manzana en México -solo un poco más tarde que planeado.

La buena noticia es que la masa de hojalde es buena. Más nos vale: quedan 2,5kg todavía en el refri…

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